jueves, junio 02, 2022

Los falsificadores de la democracia 22

 LOSCONTRAPESO Y SU LABERINTO

 Desde las campañas de 2018 y, muy particularmente, desde su derrota en las elecciones de aquel año, las estrategias del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, ya sea por separado o en la cada vez más tambaleante alianza de “Va Por México”, recuerdan a un grupo de actores que olvidaron el nombre de la obra que están representando y perdieron el guion, pero con todo y eso se niegan a bajar del escenario, en el que siguen interpretando papeles que conocen y en los que se sienten “cómodos”, pero que hace mucho tiempo que perdieron todo sentido.

            Así, atrapada en un laberinto que no ha logrado descifrar (en parte porque se niega a entender que su complejidad es, en buena medida, por sus acciones), la oposición en México insiste en estrategias que han fracasado una y otra vez y que le mantienen dándose topes contra las paredes de callejones sin salida.

            De ahí que insistan en montajes periodísticos cuya credibilidad se perdió desde los primeros momentos en que fueron lanzados (v.b. el asunto de los bienes raíces texanos), inflar repetidamente a figuras cuyo prestigio se mide en negativo (como la odontóloga especialista en todo, sobre todo en escribir libros carroñeros para lucrar con tragedias ajenas) o mantener granjas de bots en redes sociales, que logran posicionar HTs cotidianamente, pero cuyo impacto real siempre ha sido contraproducente (mientras más publicaban sobre el asunto de la casa rentada, la aprobación del obradorismo pasó de poco más de 60% a rayar el 70%).

            Sus resultados han sido tan pocos y tan pobres, que incluso que han debido abandonar el falso discurso triunfalista por los resultados de las elecciones intermedias en la CDMX, ya que sus números han demostrado no ser suficientes para impulsar o bloquear nada en el congreso local y sus alcaldes y alcaldesas no han parado de meter la pata sistemáticamente.

            Así como han tenido que abandonar el también muy falso triunfalismo tras la no aprobación legislativa de la reforma energética obradorista, ante las cada vez más evidentes prácticas depredadoras de las energéticas privadas a las que tanto defendieron, el aval constitucional que la SCJN dio a la Ley de la Industria Eléctrica y la aprobación mayoritaria de la Ley Minera, que se dio cuando el bloque opositor aún estaba “celebrando” su “victoria”, garantizando las dos últimas leyes buena parte de los puntos centrales de la reforma que dijeron “derrotar”.

            (Y así con cada una de sus “victorias”, incluidos los “amparos” en contra de los proyectos insignia del gobierno federal, que han demostrado ser más falsas que la “conciencia ambiental” de “Selvame del Tren” o que el “Oscar” que su vocero más visible, Eugenio Derbez, dice haber “ganado”).

            Es con estas estrategias que enfrentan las elecciones del Domingo 5 de Junio, en las que a pesar de la complicidad manifiesta del árbitro electoral, se enfrentan a un panorama en el que, de la mano de los escándalos protagonizados por sus alcaldes y alcaldesas en la CDMX y, sobre todo, de los audios en los que el líder del PRI confiesa abiertamente un montón de crímenes electorales y hasta fiscales, podrían perder incluso aquellas gubernaturas que daban por seguras.

            Y del tamaño del descalabro electoral (si 4, 5 o 6 de 6) depende el futuro de la cada vez más endeble alianza “Va Por México”, de la que (con todo y sus hipócritas coqueteos) se desmarcó abiertamente Movimiento Ciudadano, como posiblemente lo hará el PRI antes de 2024. Aunque seguirán mostrándose como “bloque” a los ojos de una opinión pública a la que hace tiempo dejaron de importarle y, sobre todo, ante los de Claudio X., artífice de la alianza y representante de los verdaderos intereses opositores a la administración obradorista; el empresariado demasiado acostumbrado a comprar voluntades y políticas que, de pronto, ha visto mermada su influencia en los salones del poder.

 

Mario Stalin Rodríguez

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