miércoles, junio 08, 2022

Las Falsificadores de la Democracia 23

 REACOMODO

(LosContrapeso y su laberinto Bis)

 Cualquiera diría que, tras la humillante derrota de 2018 y los magros resultados obtenidos en 2021, los poderes detrás del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano se habrían dado cuenta de que erigir su posición electoral sólo en torno al antiobradorismo, sin presentar una alternativa real al proyecto encabezado por el tabasqueño, es una estrategia destina al fracaso.

            Sin embargo, si algo privó en las campañas de estos partidos, ya fuera por separado o agrupados en la espuria alianza de “Va Por México”, en los procesos de 2021 y 2022, fueron justamente las mismas tácticas que fallaron en 2018.

            Así, confiados en que el árbitro electoral jugó y jugaría descaradamente a su favor, no contaban con que la participación social obstaculizara las muy obvias artimañas del INE para inclinar la balanza hacia su lado (incluso ahora, en 2022, cuando la abstención rosó por lo alto el 50% del padrón electoral en las entidades en disputa, la diferencia a favor del obradorismo fue casi de 3 votos por cada uno recibido por los cuatro partidos de oposición).

            Tanto en las elecciones federales de 2021, como en todas las locales de 2022, su planteamiento político siguió siendo únicamente la descalificación de la figura de López Obrador, ya fuera a través de señalamientos tan difusos como acusarle de “populista” (siendo el “populismo” una categoría vacía, cuyo uso habla mucho más de la pobreza intelectual de quien la emplea, que describir alguna característica real de a quien así se pretende calificar) o tan delirantes como señalarle de “comunista”, o por medio de montajes periodísticos cada vez peor sustentados y más contraproducentes.

            Pero lejos de replantearse seriamente la utilidad de mantener el costosísimo gasto que implica la perpetración de montajes que, de 2021 a 2022, han ido desde el ridículo “Sembrando vidas siembra cacao y Obrador bebe chocolate, ahí claramente hay corrupción”, pasando por el insostenible “los hijos de AMLO rentaron una casa a precio de mercado, a través de un contrato legal y pagando la renta mensual completa, eso es un conflicto de intereses”, hasta el francamente alucinante “Obrador tiene pacto con Al Capone, porque lo dijo un señor que no ha figurado en el tablero político en 20 años”, han insistido en esto, con la consiguiente pérdida de credibilidad no hablemos ya de figuras tan desprestigiadas como Loret de Mola o Azucena Uresti, sino para periodista antaño considerados serios, como Aristegui o Anabel Hernández, sin que nada de ellos parezca haber repercutido en lo más mínimo en la aceptación del tabasqueño y las posibilidades electorales del partido al que pertenece.

            Lo mismo aplica para la enorme red de cuentas falsas (operadas desde granjas de “bots”) en redes sociales, que van desde supuestos “usuarios comunes”, pasando por “especialistas” en diversos temas (como el “arquitecto” que “demostró” la “inviabilidad” del aeropuerto en Santa Lucia) y hasta “rebeldes contrasistema” que “no son ni de izquierda ni de derecha” (como los distintos membretes de Anonymous en México), cuya finalidad es inflar artificialmente la “repercusión” de los montajes periodísticos y generar un falso ambiente de “crispación social”. Teniendo un costo calculado de siete millones de pesos diarios, el eco que alcanzan en redes nunca se ha reflejado realmente en la aceptación popular y electoral del obradorismo.

            Pero lejos de hacer una reflexión mínimamente autocrítica sobre estas y otras tácticas igual de fallidas, los partidos de oposición y su líder visible, Claudio X. González, han preferido esconderse detrás de un falso triunfalismo que ya era ridículo en 2021 y que en este 2022 resulta por completo fuera de la realidad, la división interna (“Oaxaca e Hidalgo se perdieron, no por la nula capacidad y falta de propuestas de la alianza, sino por la traición de los gobernadores salientes”) y hasta la descarada traición entre sus dirigentes (de pronto y para sorpresa de nadie, dos días después de la elección, el grupo de Claudio X. y ciertos medios se dieron cuenta de que el líder del PRI es un tipo corruptísimo, cosa sabida a voces desde siempre e intencionalmente omitida, hasta ahora, por el grupo de Claudio X. y ciertos medios).

            En este escenario, sería de esperarse que la figura del PRI sea sustituida por la de Movimiento Ciudadano dentro de una cada vez más tambaleante alianza “Va por México”, que se encamina a la elección presidencial de 2024 con exactamente la misma estrategia que ya le llevó a perder más de dos terceras partes de su capital político desde 2018 a la fecha (pasando de controlar prácticamente todo el territorio nacional, a sólo 10 gubernaturas locales entre los cuatro partidos de oposición).

 Mario Stalin Rodríguez

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