viernes, enero 31, 2025

Los Falsificadores de la Democracia 61

 SERVILES


 Si nos atenemos al discurso mediático imperante en América Latina en general y México en particular, Donald Trump no sólo asumió para su segundo periodo de cuatro años en la presidencia de Estados Unidos, sino como emperador vitalicio y plenipotenciario del mundo y realidades circunvecinas, al grado de que su simple firma en un papel vuelve realidad hasta la más absurda de sus alharacas.

            Lo mismo aplica para el ridículo intento de Aristegui Noticias, el Universal o Latinus de presentar como “oficial” el patético berrinche rebautizante del golfo naranja tratando de renombrar al Golfo de México, que para El País y CNN intentando presentarle como el “triunfador” del affaire migratorio con Colombia, en el que tuvo que aceptar cada uno de los reclamos de Petro sobre el trato a les migrantes colombianes deportades y no pudo cumplir ni una sola de sus amenazas y alharacas.

            Lo cual, obviamente, nada tiene qué ver con alguna real simpatía de estos medios hacia los desplantes infantiles del bebote de la Casa Blanca (si ésta existe, se limita a voces tan insignificantes como Pablo Majluf o Anonymous Hispano), los mismos medios aplaudirían con idéntico entusiasmo cualquier medida que Kamala Harris hubiera implementado en el caso de ganar ella la presidencia (y las medidas, por cierto, no serían tan distintas, sólo que en lugar de deportaciones militares, habría deportaciones humanitarias).

            No, la exageración del alcance real de las “órdenes ejecutivas” de Donald Trump, ya sean sobre “aranceles” (que ha repetido tanto, incluso contra “gobiernos aliados”, que ya es más un chiste que otra cosa) o “declarar terroristas” a organizaciones criminales que ni él mismo puede enumerar (más allá de la Mara Salvatrucha o el Tren de Aragua, los únicos dos nombres mencionados en su “orden ejecutiva”, que probablemente le leyeron en algún twett de Elon Musk), tiene el objetivo de presentar a los gobiernos de Petro, Lula, Xiomara, Sheinbaum y otras opciones de izquierda en América Latina como “débiles” ante el “poderío estadounidense” y al patético servilismo de las derechas, con el ridículo Milei a la cabeza (seguido de cerca por los no menos tristes Bukele y Noboa), como un ejemplo de “inteligentes relaciones internacionales”.

            De ahí que a estos y otros medios se les hayan caído las manos de tanto aplaudir el lamentable e inútil accionar del ahora caído en desgracia Trudeau, cuando fue a ofrecerse de tapete para Donald Trump en su residencia de Mar-A-Lago.

            Estrategia ésta, la de exagerar el alcance y poder real de una decadente hegemonía estadounidense en un mundo cada vez más multipolar, que no por predecible es menos peligrosa, pues ensalza acciones abiertamente fascistas que, lamentablemente, no se limitan al saludo nazi que Elon Musk hiciera en un evento trumpista.

            No, no es sólo Milei repitiendo en el foro de Davos “argumentos” misóginos, racistas, xenofóbicos y LGBT+fóbicos que sacó de algún hilo de Twitter de Chumel Torres, sino el aplaudir las redadas en escuelas, hospitales y centros de trabajo contra migrantes y el trato inhumano que se les impone en los vuelos de pornodeportación o su internamiento en el moderno campo de concentración de Guantánamo.

            Todo ello para intentar posicionar a una derecha latinoamericana cada vez más descaradamente fascista…

            Y es por eso que sus montajes y exageraciones deben ser exhibidos... Dejar pasar al fascismo nunca es una opción.

Mario Stalin Rodríguez

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