LA CRUZADA DEL CASCARUDO
La gota que derramó el vaso fue cuando vio
escrito “fiestas decembrinas”, dos simples palabras que terminaron por derribar
su visión del mundo y, con ello, su tranquilidad.
Podría
ser que a él también el que dos simples palabras le causaran tan efecto le
parecería absurdo, pero no llegó siquiera a formar ese pensamientos cuando desde
el casco electrónico que él y los otros cascarudos portaban, le dictaron que no
eran sólo dos simples palabras, sino un síntoma de todo aquello que le causaba
cierto desasosiego... Y, como siempre, el mismo casco electrónico le dictó que aquello era su propio pensamiento y no
algo que le dictaban.
Pasaba
desde ya hace algún tiempo cuando se enfrentaba a casi cualquier cosa que
saliera de los dictados del casco electrónico y que implicaba algún cambio al estado de las cosas; que el casco electrónico le
dictaba a él y a los otros cascarudos que se sintieran incómodos ante el cambio y que aquella
incomodidad era, por supuesto, suya propia y no un dictado del casco electrónico.
Así
que el cascarudo tomó su arma, una edición vieja del diccionario de la RAE (una anterior al cambio de “mujer” por "persona" en la 5ª acepción de “fácil”, porque el cambio, le dictaba el casco electrónico, le causaba intranquilidad), y emprendió una cruzada
para recuperar aquello que el casco electrónico le dictaba que era su
tranquilidad y visión del mundo.
Y
lo hizo, por supuesto, desde la pantalla de su teléfono... Porque el casco
electrónico le dictaba que no necesitaba saber nada del mundo, salvo aquello
que el caso electrónico le dictaba que viera en la pantalla de su teléfono.
Su primer objetivo sería, obviamente, quien fuera que había escrito aquel “fiestas decembrinas”... Porque el cambio, le dictaba el casco electrónico, era peligroso... No para él, no para los otros cascarudos, sino para voz detrás de los dictados del casco electrónico.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: off topic, virus informáticos



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