jueves, febrero 07, 2019

LAS VOCES “SENSATAS”


Si eres neutral en situaciones de injusticia”...
Desmond Tutú

En México siete mujeres son asesinadas diariamente.
            Mayoritariamente sus muertes son violentas, por ahorcamiento, golpes o arma blanca y ocurren en su domicilio. Mayoritariamente sus muertes ocurren después de haber sido agredidas sexualmente.

En México cuatro mujeres son violadas cada hora.
            Mayoritariamente lo son por algún familiar (esposo, padre, hermano, primo, tío) o alguien cercano a la familia o a ellas (novios, amigos, conocidos o compañeros del trabajo o la escuela).
            La mayoría de las agresiones sexuales ocurren contra mujeres de entre 12 y 44 años. A este rango, de por si amplio, le siguen en número las agresiones a niñas desde la primera infancia y, finalmente, a las que sobrepasan estas edades.

En México ocho de cada diez mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de género.
            Esta violencia va desde las violaciones a la discriminación laboral, escolar o familiar, pasando por los tocamientos por desconocidos en la calle, lugares y trasporte públicos, los “piropos” callejeros, el acoso laboral, escolar, callejero, cibernético o familiar, la toma de fotografías sin permiso y la difusión sin consentimiento de fotografías y videos “íntimos”.
            La mayoría de las mujeres señalan que esta violencia y, en particular, el acoso inician desde la primera infancia.

México ocupa el primer lugar en América Latina de trata de menores y turismo sexual.
            Más del 30% de las casi 12 millones de personas víctima de trata en el país, son niñas menores de 16 años, en su mayoría de extracción humilde. Son contactadas por “conocidos de la familia”, figuras de autoridad (maestros, sacerdotes, agentes policiales, miembros del ejército o etcétera) o a través de redes sociales.
            Son engañadas con ofertas laborales, becas escolares o “enamoramientos”, sustraídas de sus lugares de origen y obligadas a prostituirse... Sólo una de cada siete llega a ser localizada y regresa con su familia.

En México sólo seis de cada 100 casos de violencia de género son denunciados.
            De éstos, sólo el 35% llega a ser juzgado. Los restantes son desechados, en su mayoría, por fallas procesales atribuibles a las instancias investigadoras o por fuga o “no localización” de los inculpados.

No hay un perfil específico para los agresores.
            Pueden ser de cualquier estrato social, de cualquier nivel educativo y, en más del 97% de los casos, son varones.

Y las voces “sensatas” nos piden que no hablemos de absolutamente nada de esto.
            Porque las voces “sensatas” dicen que esto “victimiza” a las mujeres y les “vende miedo”. Y dicen las voces “sensatas” que hablar de todo esto es “criminalizar” las actitudes de “los hombres”.
            Sin acoso, dicen las voces “sensatas”, cómo van a conseguir pareja “los hombres”. Si no aceptan que un desconocido las siga por la calle, averigüe su número telefónico y le envíe mensajes y/o fotografías no solicitadas, continúan las voces “sensatas”, cómo van a conocer a su potencial pareja.
            Y las voces “sensatas” publican sus “reflexiones”... Y cada vez, cada maldita vez que las voces “sensatas” piden que no se hable de nada de esto, alguien lee sus “reflexiones” y llega a la conclusión de que, entonces, no importa; se puede hacer lo que se quiera.
            Y un tipo de 30 años decide contactar a una niña de 13 por redes sociales, porque ¿qué importa? Sólo está “ligando torpemente”. Y un grupo de jóvenes se organizan a través de whatsapp para drogar a una chica y “tener sexo” con ella en un portal, porque ¿qué importa? Sólo son “jóvenes siendo jóvenes”.
            Y cada vez, cada maldita vez que las voces “sensatas” piden que no se hable de nada de esto, alguien piensa ¿qué importa? Se puede hacer lo que se quiera, las voces “sensatas” minimizarán lo que sea que ocurra y pedirán que no se hable de nada de esto, para no “vender miedo”.
            Y así, las voces “sensatas” invisibilizan a siete mujeres asesinadas cada día, barren bajo la alfombra a las cuatro mujeres que son violadas cada hora, cierran los ojos al acoso cotidiano que cada mujer enfrenta y tienden un velo censor sobre las niñas explotadas sexualmente.
            Porque cuando quitas las comillas, las voces “sensatas” muestran su verdadero rostro; son cómplices de todo esto y es por eso que piden que no se hable de ello.

Mario Stalin Rodríguez

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