MANCERA EN SU LABERINTO 02
Sí, lo sé, ya había usado antes esta imagen...
La reciente aprobación en la Cámara de
Diputados de la Ley de Regulación de Manifestaciones en el Distrito Federal pereciera
el regalo que los legisladores federales del PRI, PAN y PVEM hacen al Jefe de
Gobierno de la Capital, Miguel Ángel Mancera, por el apoyo que este ha brindado
a la hora de contener y reprimir las protestas en contra de las distintas reformas
(laboral, educativa, fiscal, política y energética) que se han impuesto a
través de los bastardos mecanismos del supralegal Pacto por México.
En
términos generales, la ley aprobada el pasado 10 de Diciembre sin discusión en
la Cámara de Diputados, obliga a los posibles manifestantes a solicitar el
permiso de las autoridades capitalinas, con al menos 48 horas de anticipación,
para realizar una movilización extremadamente limitada en cuanto a horario y
rutas posibles, comprometiéndose, además, a no bloquear por completo ninguna
arteria vial primaria o secundaria. Además, ilegaliza manifestarse ante medidas
aprobadas por las autoridades locales o federales. Es decir; en los hechos,
suprime el derecho de manifestación en la capital de la República.
Si
bien es cierto que, como queda anotado, la ley fue aprobada por las bancadas de
los partidos enumerados y la oposición de los partidos de izquierda que apoyaron
a Mancera durante la elección local de 2012 y que, incluso, el PRD capitalino
se ha pronunciado directamente en contra (no así el Jefe de Gobierno). También
es cierto que dicho dictamen refleja en mucho la posición que el gobernante
capitalino ha ido fijando sobre las movilizaciones de protesta a lo largo de su
primer año de mandato.
No es éste el único paralelismo extraño que
se ha podido observar entre las políticas asumidas por la administración
capitalina y los intereses de los partidos afines al Gobierno Federal.
En
días recientes, mientras en la Cámara de Senadores se fingía discutir la Reforma
Energética y, por medio de ella, la entrega de la riqueza petrolera a las
grandes trasnacionales. Por medio de una estrategia francamente absurda,
Mancera fingía muy groseramente una consulta encaminada a aumentar en un 66% el
costo del Metro en la capital.
Al
margen de la dudosa veracidad de los argumentos esgrimidos para justificar el
aumento, la estrategia elegida parecía mucho más encaminada a provocar
protestas que a, efectivamente, defender la necesidad de éste.
Es
decir, pareciera que la estrategia y el momento elegidos para anunciar el
aumento del precio de viajar en este trasporte colectivo, estaba pensada para
distraer la atención de lo que sucedía en el Congreso Federal.
Al señalar estos paralelismos no sugiero
que esta hipótesis sea cierta… Pero Mancera no parece dispuesto a emprender
ninguna acción que la desmienta.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El patético usurpador, Opinión
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