jueves, julio 24, 2025

Historias Caminantes 03

 CIUDADES Y MIGRACIONES II

 (Sobre la representación de una guerrera-gobernanta de Colhuacan en la llamada Piedra del Ex-arzobispado)

Si bien la ocupación del valle de Teotihuacán es bastante temprana, es hasta la llegada de les expulsades por la erupción del Xitle que la ciudad que da nombre al valle alcanzó su mayor esplendor... Porque las ciudades necesitan a les caminantes para crecer, transformarse y permanecer.

            Con poco más de 200,000 habitantes en su época de mayor crecimiento, Teotihuacán es la primer gran megalópolis del altiplano. Obviamente esta población no es sólo producto de la migración obligada por la erupción volcánica que afectara al área de influencia de Cuicuilco, en la ciudad han podido encontrarse vestigios de poblaciones provenientes de las regiones Aridoamérica al Norte y, principalmente, de la zona Maya al Sur y de los pueblos mixtecos y zapotecos provenientes del territorio del actual estado de Oaxaca, llegando estos últimos incluso a formar un gran barrio que podría haber funcionado de manera casi independiente al resto de la ciudad.

            Y conforme más crecía la ciudad, más caminantes llegaban a ella y más recursos se necesitaban y más lejos tenían que buscarse, provocando que más caminantes se encaminaran hacia la gran ciudad.

            Y conforme más crecía la ciudad, más recursos consumía. Los árboles de los alrededores fueron talados para dotar a la ciudad de maderas para la construcción y las hogueras de los hogares y rituales. El suelo agrícola fuer agotándose hasta quedar prácticamente estéril.

            Todo ello obligó a la gran ciudad a buscar recursos en tierras cada vez más lejanas, atrayendo así a caminantes de estas mismas... Hasta que el propio tamaño de la gran ciudad causó su caída.

            Seguramente no fue un proceso rápido, sino que la ciudad fue siendo abandonada de a poco... Les descendientes de quienes habían llegado a ella buscando seguridad y una mejor vida, la fueron abandonando para buscar exactamente lo mismo en otras tierras.

            Mientras quienes se quedaron, enfrentaron la escasez de recursos que, finalmente, desembocó en grandes conflictos civiles que culminaron con el asesinato o expulsión de sus gobernantes y el abandono final de la gran ciudad.

            Y sus habitantes y gobernantes sobrevivientes volvieron a caminar...

 

En la zona Maya, en la lejana ciudad de Tikal (en lo que hoy es Guatemala) una efímera dinastía teotihuacanisánte tomó el poder y ahí permaneció hasta que desaparecieron víctimas de las dinámicas de conflicto casi permanente entre los pueblos mayenses.

            La migración por conflictos era común entre las poblaciones mayenses. Las élites guerreras que gobernaban las grandes ciudades se encontraban en constante enfrentamiento entre ellas, obligando a las poblaciones adyacentes a migrar cuando estos conflictos les alcanzaban.

            Muy probablemente la cultura tenek, de origen mayense, haya salido de la península de Yucatán en tiempos tan tempranos como el preclásico huyendo de esos constantes conflictos, hasta que finalmente se instalaran en las tierras de la Huasteca, territorio comprendido en lo que hoy son los estados de San Lui Potosí, Hidalgo, Querétaro, Veracruz, Tamaulipas y Puebla.

 

Este tipo de conflictos no era extraño tampoco en los territorios mixtecos-zapotecos a los que también llegaron les caminantes de la abandonada Teotihuacán. En donde los recursos eran disputados por muchas pequeñas ciudades-estado mixtecas que se disputaban los restos del efímero imperio zapoteca, incluida la ciudad de Monte Albán, que habría sido su capital.

            Lo que también aquí obligaba a las poblaciones a desplazarse buscando huir de estos conflictos, muchas veces emprendiendo el camino hacia el altiplano que, incluso después de la caída de Teotihucán, seguía recibiendo a les caminantes.

 

Los toltecas tienen su origen probable entre los pueblos de Aridoamérica que, expulsados por una gran sequía, llegaron al altiplano y se encontraron con las poblaciones remanentes del caído imperio teotihuacano, apropiándose y resignificando su historia y cultura, asumiéndose como herederos de la caída megaurbe, a la que identificaron como la mítica Tollan.

            E imitando a la caída megaurbe, el pueblo tolteca también inició una expansión imperialista en busca de recursos, llevando sus pasos hasta la Quemada en la frontera de los territorios del Norte y Occidente y Xichen Itza en la península de Yucatán.

            Y fue justamente esta rápida expansión imperialista lo que llevó a la rápida caída del efímero imperio tolteca, obligándoles a abandonar su ciudad capital, Tula, y a refugiarse en pequeñas ciudades estado, como Xochicalco, que pactaban y se enfrentaban entre sí hasta la llegada de nuevos caminantes del Norte.

 

Les mexicas también descienden de pueblos de Aridoamérica que migraron de sus lugares de origen en busca de mejores condiciones de vida. No un grupo organizado que surgiera de la más mítica que real Aztlán, sino diversos grupos que fueron sumándose conforme iban caminando, porque la historia es eso; senderos que divergen y a veces se unen.

            Grupos que intentaron asentarse en diversos puntos, en donde fueron tributarios de varios reinos y expulsados de estos mismos, hasta que finalmente llegaron a un acuerdo tributario con Azcapotzalco que les permitió fundar Tenochtitlán en un islote del lago de Texcoco en 1325.

            Ya la ciudad siguieron llegando caminantes.

            En las inmediaciones de Tlaltelolco surgió un barrio de migrantes, gente de las huastecas, de los territorios mixteco-zapotecas, de la zona maya, de las regiones del Norte y Occidente... Porque las ciudades necesitan a les caminantes para crecer, transformarse y permanecer.

            El dominio de las rutas comerciales, logrado en parte por la alianza de la casta gobernante mexica con el pueblo pochteca, cuya migración de temporada les llevaba del Norte al Sur y de regreso, le permitió a Tenochtitlán aliarse a otras ciudades tributarias de Azcapotzalco y rebelarse contra ésta ciudad, iniciando los 100 años de expansión imperialista mexica.

            Expansión que continuó hasta la llegada de otres caminantes de allende el mar...

 

Mario Stalin Rodríguez

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