Historias Caminantes 03
CIUDADES Y MIGRACIONES II
Si bien la ocupación del valle de
Teotihuacán es bastante temprana, es hasta la llegada de les expulsades por la
erupción del Xitle que la ciudad que da nombre al valle alcanzó su mayor
esplendor... Porque las ciudades necesitan a les caminantes para crecer,
transformarse y permanecer.
Con
poco más de 200,000 habitantes en su época de mayor crecimiento, Teotihuacán es
la primer gran megalópolis del altiplano. Obviamente esta población no es sólo
producto de la migración obligada por la erupción volcánica que afectara al
área de influencia de Cuicuilco, en la ciudad han podido encontrarse vestigios
de poblaciones provenientes de las regiones Aridoamérica al Norte y,
principalmente, de la zona Maya al Sur y de los pueblos mixtecos y zapotecos
provenientes del territorio del actual estado de Oaxaca, llegando estos últimos
incluso a formar un gran barrio que podría haber funcionado de manera casi
independiente al resto de la ciudad.
Y
conforme más crecía la ciudad, más caminantes llegaban a ella y más recursos se
necesitaban y más lejos tenían que buscarse, provocando que más caminantes se
encaminaran hacia la gran ciudad.
Y
conforme más crecía la ciudad, más recursos consumía. Los árboles de los
alrededores fueron talados para dotar a la ciudad de maderas para la
construcción y las hogueras de los hogares y rituales. El suelo agrícola fuer
agotándose hasta quedar prácticamente estéril.
Todo
ello obligó a la gran ciudad a buscar recursos en tierras cada vez más lejanas,
atrayendo así a caminantes de estas mismas... Hasta que el propio tamaño de la
gran ciudad causó su caída.
Seguramente
no fue un proceso rápido, sino que la ciudad fue siendo abandonada de a poco...
Les descendientes de quienes habían llegado a ella buscando seguridad y una
mejor vida, la fueron abandonando para buscar exactamente lo mismo en otras
tierras.
Mientras
quienes se quedaron, enfrentaron la escasez de recursos que, finalmente,
desembocó en grandes conflictos civiles que culminaron con el asesinato o expulsión
de sus gobernantes y el abandono final de la gran ciudad.
Y
sus habitantes y gobernantes sobrevivientes volvieron a caminar...
En la zona Maya, en la lejana ciudad de
Tikal (en lo que hoy es Guatemala) una efímera dinastía teotihuacanisánte tomó
el poder y ahí permaneció hasta que desaparecieron víctimas de las dinámicas de
conflicto casi permanente entre los pueblos mayenses.
La
migración por conflictos era común entre las poblaciones mayenses. Las élites
guerreras que gobernaban las grandes ciudades se encontraban en constante
enfrentamiento entre ellas, obligando a las poblaciones adyacentes a migrar
cuando estos conflictos les alcanzaban.
Muy
probablemente la cultura tenek, de origen mayense, haya salido de la península
de Yucatán en tiempos tan tempranos como el preclásico huyendo de esos
constantes conflictos, hasta que finalmente se instalaran en las tierras de la
Huasteca, territorio comprendido en lo que hoy son los estados de San Lui
Potosí, Hidalgo, Querétaro, Veracruz, Tamaulipas y Puebla.
Este tipo de conflictos no era extraño
tampoco en los territorios mixtecos-zapotecos a los que también llegaron les
caminantes de la abandonada Teotihuacán. En donde los recursos eran disputados
por muchas pequeñas ciudades-estado mixtecas que se disputaban los restos del
efímero imperio zapoteca, incluida la ciudad de Monte Albán, que habría sido su
capital.
Lo
que también aquí obligaba a las poblaciones a desplazarse buscando huir de
estos conflictos, muchas veces emprendiendo el camino hacia el altiplano que,
incluso después de la caída de Teotihucán, seguía recibiendo a les caminantes.
Los toltecas tienen su origen probable
entre los pueblos de Aridoamérica que, expulsados por una gran sequía, llegaron
al altiplano y se encontraron con las poblaciones remanentes del caído imperio
teotihuacano, apropiándose y resignificando su historia y cultura, asumiéndose como
herederos de la caída megaurbe, a la que identificaron como la mítica Tollan.
E
imitando a la caída megaurbe, el pueblo tolteca también inició una expansión
imperialista en busca de recursos, llevando sus pasos hasta la Quemada en la
frontera de los territorios del Norte y Occidente y Xichen Itza en la península
de Yucatán.
Y
fue justamente esta rápida expansión imperialista lo que llevó a la rápida
caída del efímero imperio tolteca, obligándoles a abandonar su ciudad capital,
Tula, y a refugiarse en pequeñas ciudades estado, como Xochicalco, que pactaban
y se enfrentaban entre sí hasta la llegada de nuevos caminantes del Norte.
Les mexicas también descienden de pueblos
de Aridoamérica que migraron de sus lugares de origen en busca de mejores
condiciones de vida. No un grupo organizado que surgiera de la más mítica que
real Aztlán, sino diversos grupos que fueron sumándose conforme iban caminando,
porque la historia es eso; senderos que divergen y a veces se unen.
Grupos
que intentaron asentarse en diversos puntos, en donde fueron tributarios de
varios reinos y expulsados de estos mismos, hasta que finalmente llegaron a un
acuerdo tributario con Azcapotzalco que les permitió fundar Tenochtitlán en un
islote del lago de Texcoco en 1325.
Ya
la ciudad siguieron llegando caminantes.
En
las inmediaciones de Tlaltelolco surgió un barrio de migrantes, gente de las
huastecas, de los territorios mixteco-zapotecas, de la zona maya, de las regiones
del Norte y Occidente... Porque las ciudades necesitan a les caminantes para
crecer, transformarse y permanecer.
El
dominio de las rutas comerciales, logrado en parte por la alianza de la casta gobernante
mexica con el pueblo pochteca, cuya migración de temporada les llevaba del
Norte al Sur y de regreso, le permitió a Tenochtitlán aliarse a otras ciudades
tributarias de Azcapotzalco y rebelarse contra ésta ciudad, iniciando los 100
años de expansión imperialista mexica.
Expansión
que continuó hasta la llegada de otres caminantes de allende el mar...
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Académico, La Tira de la Peregrinación, tratado sobre la necedad
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